Tan astronómico como
una atajada de Bobadilla, tan fuerte como “El Polaco” Escobar en un mano a
mano, tan arrasador como un desborde de “La Gambeta” Estrada, tan claro como un
pase de “Choronta” Restrepo, tan mágico como un tiro libre de Óscar Pareja, tan
prodigioso como el talento de José Manuel “Charro” Moreno, tan efectivo como un gol de José Vicente
Grecco o Jackson Martínez. Más embrujador que una “Malazqueña”, más profundo
que un grito ahogado de campeón de “Mao” Molina después de 45 años, más
escalofriante que un combazo de David Montoya, más placentero que el título que
se le arrebató al rival de plaza, así de imbatible como el DIM del 2009. Pero
también, es tan tortuoso como celebrar un título en solo 5 minutos, tan devastador
como una quiebra o una dirigencia de Castillo o Ciro, tan deprimente como un
DIM 2-3 Santos, tan luctuoso como ese penal fallado que nos despojó de un
título épico, tan sufrido, tan sufrido… como ser hincha del Medellín. Así puede
describirse este sentimiento que hoy cumple 100 años historia.
Son muchas las
anécdotas contadas y que quedan por contar, son muchos los jugadores, hinchas y
dirigentes que inscribieron su nombre en la gloriosa historia del club de
fútbol más antiguo de Colombia. Una tradición que se fundó un 14 de noviembre
de 1913, un equipo de fútbol que se sostiene por el amor de sus fervorosos
aficionados, un amor de colores rojo y azul, una pasión que desborda los
límites de un simple deporte y que se
despunta más allá de un estadio haciendo parte de la vida misma, un sentimiento
que se pregona domingo tras domingo en el Atanasio y en cada día de la semana,
ese sentimiento que hoy su gente declama con orgullo: ¡feliz Centenario,
Deportivo Independiente Medellín!
@mario_srz
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