Otra
vez en el centro, de nuevo en el corazón de la ciudad, este sector es casi que
un paso obligatorio por el habitante común y corriente de Medellín que tiene
como único fin cotidiano “hacer sus vueltas”; lo cual significa para mí un
placer como de los pocos que tiene la vida: recorrerlo, conocerlo y admirarlo.
Esta
vez me encuentro en la calle 52, conocida popularmente como avenida La Playa,
al centro-oriente de Medellín, esta vía se extiende desde el Parque Simón Duque
hasta el edificio Coltejer. Doy un leve recorrido por el nuevo Parque
Bicentenario, para divisar la quebrada Santa Elena, fiel testigo de la
violencia en la ciudad, por donde han bajado cientos de cadáveres desde los
barrios más empinados del oriente. Curiosamente, mientras en mis audífonos
escucho “Senderito de amor”, canción interpretada por Pedro Infante y conocida
por ser el jingle de la película “La virgen de los sicarios” de Fernando
Vallejo, contemplo el Museo Casa de la Memoria que se impone en el parque. Este
museo, construido en forma de trapecio, fue levantado en honor a las víctimas del
conflicto armado colombiano.
El
parque Bicentenario es una construcción de arquitectura contemporánea que se
inició en 2011, muy frecuentado por jóvenes de los barrios aledaños (Boston,
Sucre, Caycedo, Buenos Aires). El ruido del caudal de la Santa Elena, la
simpática mirada del monumento de Mahatma Gandhi, las risas de los muchachos y
el olor de la marihuana acompañan mi trayecto hacia la carrera 38 donde se
esconde la quebrada debajo de la avenida que voy a caminar.
Fuente Bachué, av La Playa. |
La
Playa, antiguamente llamada avenida La República, es una calle doble carril,
copiosamente arborizada, el paso peatonal es ataviado por adoquines rojos y por
monumentos de presidentes, gobernadores, ingenieros, profesores, médicos,
obispos, militares y otros personajes históricos e influyentes para el
desarrollo de la ciudad y el departamento. Estas cabezas, que aparte de ser
diariamente bañadas por las palomas, permiten encontrarme con la historia de la
región.
El
delirante aroma de las panaderías da apertura al fuerte movimiento comercial de
la avenida que se halla después de la carrera 45-El Palo hasta la avenida
Oriental. Frente a los hoteles lujosos, bibliotecas, los bancos, las discotecas
y las diferentes sedes institucionales se empiezan a aglomerar los carritos de venta ambulantes. Ya huele a
pollo y a empanada, el ruido se torna
más fuerte, se escuchan los pregones del control remoto, los CDs, el salpicón,
las gafas y las artesanías.
Casa de la Lectura Infantil, av La Playa. |
@mario_srz